Por Juan Pablo Ojeda
El Gobierno de México decidió cerrar temporalmente la puerta a todas las importaciones de carne de cerdo proveniente de España, luego de que ese país confirmara un brote de peste porcina africana en la zona de Cerdanyola del Vallès, en Barcelona. El hallazgo de dos jabalíes silvestres positivos encendió las alarmas internacionales, pues es el primer caso registrado en territorio español desde 1994 y representa un riesgo directo para la industria porcina global.
Ante este escenario, la Secretaría de Agricultura activó sus protocolos de bioseguridad y ordenó al Senasica suspender de inmediato la entrada de productos porcinos españoles. La medida es amplia: incluye carne fresca, jamones, embutidos, despojos, productos procesados y cualquier insumo derivado del cerdo, incluso aquellos que viajeros transporten en su equipaje. La instrucción es clara: nada que pueda representar un riesgo sanitario puede ingresar mientras no exista un diagnóstico completo del brote.
La decisión llega en un momento complejo para el comercio internacional de productos cárnicos, pues tras confirmarse los primeros casos en España, cerca de 40 países congelaron automáticamente más de un centenar de certificados sanitarios de exportación. La red de restricciones incluye a Rusia, Brasil, Chile, Japón, Estados Unidos y también México, todos en espera de información precisa sobre el control del foco infeccioso.
Este sábado, autoridades españolas detectaron otros cuatro jabalíes muertos en la sierra de Collserola, reforzando la preocupación de que el virus pueda estar más extendido de lo que se creía. La peste porcina africana no representa ningún riesgo para los humanos, pero es altamente contagiosa para jabalíes y cerdos domésticos, lo que la convierte en una amenaza económica de alto impacto. Un brote no controlado puede afectar de manera directa la producción, elevar costos y presionar los precios de la carne en todo el mundo.
Por ahora, México se mantiene en modo de prevención estricta. El Senasica espera información detallada del manejo sanitario por parte de España para decidir cuándo podrá levantarse la restricción. Hasta entonces, el mensaje para viajeros y comerciantes es simple: no traer productos porcinos de origen español y mantenerse atentos a los avisos oficiales.
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