El conflicto entre Caracas y Washington escaló este lunes cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que su país sufre desde hace 22 semanas de agresiones por parte de Estados Unidos, en medio de maniobras militares en el Caribe. “No queremos la paz de los esclavos”, declaró en una marcha en Caracas que reunió a miles de seguidores. Maduro subrayó que lo que buscan es una paz con soberanía, igualdad y libertad.
En paralelo, la administración del presidente Donald J. Trump confirmó que convocará a su Consejo de Seguridad Nacional para tratar el tema de Venezuela. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó que entre los asuntos a discutir está la situación en el Caribe, donde desde septiembre se han llevado a cabo varios ataques mortales a embarcaciones acusadas de transportar droga, una operación que Washington defiende como parte de su estrategia contra el narcotráfico.
Según fuentes de defensa de Estados Unidos, los operativos han atacado al menos 20 embarcaciones sospechosas, dejando un saldo de 83 personas muertas. En uno de los casos más polémicos, tras un ataque inicial al barco, se reportó un bombardeo adicional dirigido a los sobrevivientes —un operativo ordenado por el almirante Frank Bradley y respaldado por el secretario de Defensa Pete Hegseth— con el argumento de neutralizar la amenaza. Esta acción ha sido calificada por expertos como una posible ejecución extrajudicial.
Desde Caracas, el gobierno venezolano rechaza estas acusaciones y asegura que no produce drogas: según ellos, Venezuela estaría siendo usada como “ruta de tránsito” por narcotraficantes externos, sin su consentimiento. Maduro insiste en que el verdadero objetivo de Washington no es la lucha contra las drogas, sino derrocar su gobierno y apropiarse del petróleo venezolano.
Al día siguiente del anuncio de los operativos, varias aerolíneas cancelaron vuelos hacia Venezuela tras una alerta de seguridad emitida por EE. UU., lo que provocó que el gobierno venezolano revocara los permisos de vuelo a esas compañías. La tensón diplomática continúa en aumento.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, declaró durante la movilización: “Hoy Venezuela está en una gesta en defensa de su país, de su soberanía, de sus recursos”. Con ese discurso, el chavismo busca consolidar apoyo interno ante lo que muchos en el país perciben como una amenaza externa directa.
El llamado de Maduro a la “paz digna” y la reunión de seguridad en Washington marcan una encrucijada de consecuencias imprevisibles para la región: soberanía, narcotráfico, derechos humanos y estrategias militares, todo en un contexto donde la tensión puede modificar el mapa geopolítico de América Latina.
































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