Por Juan Pablo Ojeda
Ana Corina Sosa, hija de la líder opositora venezolana María Corina Machado, se convirtió este año en la voz y presencia de su madre al recibir en Oslo el Premio Nobel de la Paz 2025, luego de que la opositora no pudiera viajar a tiempo a Noruega para asistir a la ceremonia. Aun así, el Instituto Nobel confirmó que Machado llegará a la capital noruega en los próximos días.
En un acto cargado de simbolismo político y emoción, Sosa se levantó para recibir el diploma y la medalla de manos de Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel. A sus espaldas, una gran fotografía de su madre presidía el escenario, mientras el público se ponía de pie para aplaudirla, visiblemente conmovida.
La ceremonia estuvo encabezada por los reyes Harald V y Sonia de Noruega, y reunió a diversas figuras internacionales, entre ellas el líder opositor venezolano Edmundo González, el primer ministro noruego Jonas Gahr Store, así como los presidentes Javier Milei (Argentina), José Raúl Mulino (Panamá) y Santiago Peña (Paraguay).
Previo a la entrega, Frydnes pronunció un discurso que marcó el tono político del evento: llamó directamente al presidente venezolano Nicolás Maduro a dejar el poder y permitir “una transición pacífica hacia la democracia”. Sus palabras desataron una ovación prolongada entre los asistentes, subrayando el respaldo internacional a las demandas democráticas en Venezuela.
El Nobel, dotado este año con 11 millones de coronas suecas (alrededor de 1 millón de euros), simboliza el reconocimiento global a la lucha de Machado por elecciones libres y una salida pacífica a la crisis venezolana. Su ausencia física no opacó la fuerza del mensaje: la presión internacional sobre el régimen de Maduro vuelve a colocarse en el centro de la conversación mundial.
































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