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Hígado graso: ¿cuánta agua debes beber para reducir la inflamación?

Por Juan Pablo Ojeda

 

El hígado graso es una afección silenciosa que cada vez afecta a más personas en todo el mundo. Aunque durante mucho tiempo se asoció únicamente al consumo de alcohol, hoy se sabe que el sedentarismo, el sobrepeso y las dietas poco saludables también son factores clave en su desarrollo.

Esta enfermedad se produce cuando el hígado acumula más del 5% de grasa en sus células, lo que puede llevar a inflamación, fibrosis, cirrosis e incluso cáncer hepático. En países occidentales, la variante más común es la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), la cual afecta tanto a adultos como a niños.

El papel del agua en el tratamiento del hígado graso

Una de las recomendaciones más sencillas —y efectivas— para quienes padecen esta enfermedad es mantener una hidratación adecuada. Según expertos citados por la revista Healthline, beber suficiente agua ayuda al hígado a eliminar toxinas, mejorar la circulación sanguínea y facilitar la producción de bilis, un líquido esencial para digerir las grasas.

Para quienes viven con hígado graso, se recomienda ingerir al menos 8 vasos de agua al día, lo que equivale a unos 2 litros. Esta cantidad puede variar según el peso, el nivel de actividad física y el clima, pero es una base útil para mantener el órgano en buen estado.

La falta de agua dificulta los procesos metabólicos, impide la adecuada eliminación de toxinas y puede acelerar la progresión de la enfermedad hepática.

Recomendaciones clave para tratar el hígado graso

Además de una correcta hidratación, los especialistas recomiendan seguir estas medidas:

  • Alimentación balanceada: Evitar alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas saturadas. Incluir frutas, verduras, proteínas magras, cereales integrales y grasas saludables como el aguacate o los frutos secos.

  • Actividad física regular: El ejercicio ayuda a reducir la grasa corporal y a mejorar la función hepática.

  • Evitar el alcohol: Aunque el hígado graso no alcohólico no se debe al alcohol, su consumo puede empeorar el daño hepático.

  • Control de enfermedades asociadas: Diabetes, hipertensión o colesterol alto deben mantenerse bajo vigilancia médica.

  • Uso responsable de suplementos: Aunque algunos productos como Fepa livergrass son populares, su eficacia aún carece de respaldo científico sólido.

Consulta médica: indispensable

El tratamiento del hígado graso debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud. A pesar de que las recomendaciones generales son útiles, cada paciente puede presentar una evolución distinta de la enfermedad.

Combatir el hígado graso es posible con hábitos saludables, hidratación constante y el acompañamiento médico adecuado, evitando así complicaciones a largo plazo.

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