Por Juan Pablo Ojeda
El Gobierno de Estados Unidos comenzó la retirada de dos mil soldados de la Guardia Nacional que habían sido desplegados en junio por orden del presidente Donald Trump, en respuesta a las masivas protestas contra las políticas migratorias federales en Los Ángeles, California.
El anuncio fue hecho por el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, quien declaró que “la anarquía en Los Ángeles está remitiendo” y que, por ello, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó liberar a los efectivos de su misión de protección federal. El comunicado, obtenido por la agencia EFE, señala que esta medida busca comenzar el retorno gradual de las tropas a sus actividades normales.
La presencia militar en Los Ángeles fue una de las decisiones más polémicas del expresidente Trump en su segunda gestión. En junio, envió más de 4 mil miembros de la Guardia Nacional, sin el consentimiento del gobernador demócrata Gavin Newsom, tras jornadas de protestas —en su mayoría pacíficas— contra las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), aunque algunas manifestaciones derivaron en enfrentamientos con la policía.
El objetivo de los militares fue resguardar edificios federales y respaldar a las fuerzas del orden, aunque la medida fue ampliamente criticada por autoridades locales, organismos de derechos civiles y activistas pro migrantes, quienes denunciaron una militarización injustificada de la respuesta estatal.
Junto con los elementos de la Guardia Nacional, también fueron enviados a la zona más de 700 infantes de marina, lo que agudizó las tensiones entre la Casa Blanca y el gobierno californiano. El gobernador Newsom no solo rechazó el despliegue, sino que lo calificó como un “acto político”, carente de justificación y realizado a espaldas del gobierno estatal.
“Este despliegue ha alejado a miles de ciudadanos-soldados de sus familias y sus vidas civiles, sólo para servir como peones políticos del presidente”, expresó Newsom en un comunicado difundido por medios nacionales. “Aunque se anuncia la retirada de dos mil, miles siguen en el terreno sin una misión clara. Pedimos que todos regresen a casa cuanto antes”, añadió.
Pese a la controversia, un tribunal federal de apelaciones de California avaló en su momento que la administración federal mantuviera el control de las tropas, lo que sentó un precedente delicado sobre los límites del poder federal frente a la autonomía estatal.
Este episodio se suma a la lista de enfrentamientos institucionales entre Trump y diversos gobiernos locales en torno a temas migratorios, especialmente con estados considerados santuarios, como California. La discusión sobre el uso de fuerzas militares en conflictos sociales internos vuelve a estar en el centro del debate nacional.
Aunque la situación en Los Ángeles parece estar regresando a la normalidad, el conflicto político sobre la legitimidad de este tipo de despliegues probablemente se mantendrá, sobre todo de cara a las elecciones presidenciales de 2028, donde la migración y la seguridad seguirán siendo temas clave en la agenda pública.
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