Por Juan Pablo Ojeda
Durante la mañanera del 2 de diciembre, la presidenta Claudia Sheinbaum dedicó buena parte del espacio a explicar cómo avanzan las Farmacias del Bienestar, uno de los proyectos centrales de su gobierno para mejorar el acceso a medicamentos, especialmente para personas adultas mayores y personas con discapacidad. La idea es sencilla de explicar, pero grande en alcance: que nadie se quede sin su tratamiento por falta de dinero, distancia o trámites complicados.
Sheinbaum recordó que más de 20 mil enfermeras y enfermeros recorren casa por casa para atender a quienes forman parte del programa de Salud Casa por Casa. En esas visitas no solo revisan la salud de los beneficiarios, sino que están integrando un expediente clínico para cada persona. Ya se realizaron dos visitas domiciliarias y, en la tercera, se entregarán las recetas permanentes para quienes viven con diabetes, hipertensión u otras condiciones que requieren medicamentos continuos. El objetivo es que esas recetas se surtan de manera puntual a través de las Farmacias del Bienestar.
La presidenta también respondió dudas sobre cómo se evitará que alguien falsifique o use recetas que no le corresponden. La secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, explicó que el diseño de la receta fue elaborado con un proceso técnico detallado para garantizar autenticidad. Cada receta tiene fecha, clasificación del derechohabiente, folio único y un código de barras. Las enfermeras capturan toda esta información en sus tabletas —datos del paciente, medicamentos, folios y autorizaciones— y cualquier receta puede verificarse digitalmente.
Además, las recetas vienen en tres copias: la blanca para el paciente, la rosa para la farmacia y la amarilla para uso interno. Las enfermeras también revisarán cada semana quién ya recogió su medicamento, lo que permitirá mantener un control médico y administrativo. Todo el sistema está sistematizado para evitar duplicidades o falsificaciones.
El programa empezó en el Estado de México porque, según la presidenta, si funciona ahí —la entidad más poblada y diversa del país— podrá funcionar en cualquier parte. La expansión será progresiva entre enero y marzo hasta cubrir todos los estados. Por ahora, el arranque se dio con 500 unidades del IMSS, IMSS-Bienestar y Tiendas del Bienestar. La meta es que, para marzo de 2026, las Farmacias del Bienestar operen plenamente a nivel nacional.
El subsecretario Eduardo Clark detalló que estas farmacias surtirán medicamentos para tres grupos prioritarios: diabetes, hipertensión y dislipidemias. El programa arrancó con 22 tipos de medicamentos, pero la meta es cubrir alrededor del 80% de los fármacos más usados por personas adultas mayores. En otras palabras, se busca que los tratamientos esenciales lleguen sin retrasos y sin costo, directamente a quienes más los necesitan.
































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