Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, informó este miércoles que no se reportaron daños en las costas del Pacífico mexicano tras la alerta de tsunami emitida a raíz del sismo de magnitud 8.8 registrado en el territorio ruso.
Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria explicó que, aunque se preveía un leve incremento en el nivel del mar, los riesgos fueron mínimos. “El mayor riesgo podría ser a esta hora (08:00 h de este 30 de julio) y puede aumentar un poco el nivel del mar en ciertas zonas del Pacífico”, dijo Sheinbaum.
A las 06:00 horas, la Secretaría de Marina (Semar) y la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) informaron que las olas registradas en territorio nacional no superaron los 35 centímetros de altura, por lo que no se presentaron afectaciones ni daños estructurales en zonas costeras.
Los principales registros se dieron en:
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Isla Clarión, Colima: olas de 0.20 metros a las 4:10 h.
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Ensenada, Baja California: olas de 0.35 metros a las 4:15 h.
El monitoreo se mantiene activo, confirmó el Gobierno federal, y se espera que los efectos del incremento en el oleaje disminuyan de manera progresiva durante el día.
“La alerta (de tsunami) no generó grandes riesgos. No hay ningún daño”, puntualizó Sheinbaum, quien subrayó la coordinación de las fuerzas federales y el monitoreo constante como parte de la respuesta del Estado mexicano ante fenómenos naturales.
Recomendaciones oficiales
Pese a la ausencia de daños mayores, el Gobierno de México emitió una serie de recomendaciones preventivas:
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Evitar el ingreso a playas y zonas costeras.
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Mantener precaución ante corrientes fuertes e inusuales en zonas portuarias.
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Extremar medidas en todas las actividades marítimas.
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Seguir atentos a los comunicados oficiales mientras la alerta permanezca activa.
El episodio refuerza la importancia de la coordinación interinstitucional en la gestión de emergencias naturales. La administración federal, encabezada por Sheinbaum, reiteró su compromiso con la protección de la población y el fortalecimiento de protocolos de seguridad ante fenómenos sísmicos internacionales con potencial impacto en territorio nacional.
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