Tabasco a 26 de septiembre, 2025.- El fiscal general de Tabasco, Óscar Tonatiuh Vázquez Landeros, dejó claro que Adán Augusto López Hernández no será llamado a declarar por los señalamientos que involucran a su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena, acusado de liderar al grupo criminal conocido como La Barredora. Las investigaciones siguen centradas en Bermúdez, mientras que el senador morenista queda al margen, según la autoridad local.
El caso estalló públicamente luego de que Bermúdez Requena, alias “El Comandante H”, fuera detenido y vinculado a delitos como asociación delictuosa, extorsión, secuestro y huachicol, presuntamente protegido desde instancias del gobierno. La polémica no es nueva. Hay reportes de inteligencia militar y de prensa que apuntan a que existían alertas sobre sus actividades desde hace varios años, incluso advertencias internas.
A pesar de eso, López Hernández ha mantenido que solo comparecerá si alguna autoridad lo requiere formalmente. “Estoy a la orden de cualquier autoridad que lo solicite”, ha dicho en algunas de sus apariciones. Por su parte, la oposición no se queda callada: la diputada federal María Elena Pérez-Jaén (PAN) presentó una solicitud de juicio político contra López por posibles omisiones, tráfico de influencias y encubrimiento al haber sido gobernador de Tabasco en el momento en que Bermúdez ocupaba la Secretaría de Seguridad.
Algunos datos que suman tensión al asunto:
- Hernán Bermúdez tiene una ficha roja de Interpol.
- Existen reportes atribuibles a Guacamaya Leaks que mencionan movimientos sospechosos y vínculos con crimen organizado, aunque autoridades han dicho que esos documentos por sí solos no son suficientes para cargar responsabilidad penal inmediata.
- Adán Augusto ha sido objeto de manifestaciones públicas —personas le han gritado consignas vinculándolo con “La Barredora”— lo que evidencia que la percepción ciudadana presiona políticamente.
Lo que no se ha definido aún es si las pruebas que la oposición y medios han recolectado serán suficientes para avanzar con una acusación formal ante la Fiscalía General de la República (FGR) o si prosperará el juicio político; tampoco está claro quién más podría ser citado conforme avance la investigación.
El panorama político se complica para Morena: mantener la narrativa de cero impunidad mientras figuras cercanas quedan bajo sospecha exige claridad, pero la estrategia hasta ahora ha sido deslindarse del pasado inmediato, señalar que no hay pruebas vinculantes que obliguen a citar al senador, y dejar que la Fiscalía de Tabasco y, en su caso, la FGR siga recabando evidencias. Lo que muchos cuestionan es si esa espera ya favorece al silencio o al olvido institucional.
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