Estados Unidos dio a conocer este miércoles la incautación de 13 mil barriles que contenían aproximadamente 300 mil kg de químicos utilizados para la fabricación de metanfetaminas, en lo que las autoridades califican como la mayor confiscación de precursores químicos para drogas en la historia del país. Los insumos, que iban de China a México, estaban destinados al Cártel de Sinaloa, según informó la fiscal para el distrito de Columbia, Jeanine Pirro, desde Texas.
La operación incluyó dos cargamentos transportados en alta mar y la incautación se realizó la semana pasada en almacenes de Pasadena, al sureste de Houston, Texas. Los químicos, entre los que destacan alcohol bencílico y N-metilformamida, habrían sido utilizados para producir 189 mil kg de metanfetamina, con un valor estimado en las calles de Houston de 569 millones de dólares.
“Diariamente, toneladas de sustancias químicas utilizadas para crear drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo se envían de China a México en una guerra no declarada de China contra Estados Unidos y sus ciudadanos”, advirtió Pirro.
El director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Todd Lyons, explicó que al declarar al Cártel de Sinaloa como organización terrorista extranjera, las autoridades federales cuentan ahora con mayores facultades para rastrear y bloquear insumos químicos incluso antes de que lleguen al país.
En paralelo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro sancionó a la empresa china Guangzhou Tengyue y a sus representantes Huang Xiaojun y Huang Zhanpeng, responsables de coordinar envíos de precursores químicos para opioides sintéticos hacia Estados Unidos. Estas personas también fueron denunciadas penalmente por el FBI.
Según las autoridades estadounidenses, la sobredosis de opioides sigue siendo la principal causa de muerte entre ciudadanos de 18 a 45 años, y China continúa siendo la fuente principal de precursores químicos para fentanilo y otras drogas ilícitas que llegan a Estados Unidos.
Esta incautación refleja los esfuerzos crecientes de la administración estadounidense por frenar el flujo de drogas sintéticas hacia el país y desarticular la cadena de suministro que fortalece a organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa.
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