Por Bruno Cortés / Maya Comunicación
CIUDAD DE MÉXICO.— La diplomacia internacional corre contra reloj y con tijeras en mano. Fuentes diplomáticas confirmaron este lunes que el ambicioso «Plan de Paz» promovido por Estados Unidos para detener el conflicto en Ucrania ha sido reducido de sus 28 puntos originales a solo 19, tras una tensa ronda de negociaciones en Ginebra donde la delegación ucraniana rechazó condiciones que consideraba inaceptables. Mientras los combates arrecian en el frente, el debate se centra ahora en si este documento mutilado es una hoja de ruta viable o, como advierten analistas críticos, una capitulación financiera y territorial disfrazada de armisticio.
El «borrador de los 28», filtrado parcialmente a medios europeos, exigía a Kiev concesiones dolorosas: la renuncia explícita a la OTAN, límites a su ejército (tope de 600,000 efectivos) y la aceptación de pérdidas territoriales en el este. La versión «compacta» de 19 puntos, aunque suavizada, mantiene la columna vertebral que ha levantado ámpula: la neutralidad obligatoria de Ucrania y un esquema de reconstrucción que, según voces como la del analista Alfredo Jalife, esconde «trampas financieras» diseñadas por fondos globales como BlackRock para hipotecar el futuro del país eslavo bajo el pretexto de la ayuda económica.
La legitimidad política pende de un hilo. El gobierno de Volodímir Zelenski, cuyo mandato constitucional expiró técnicamente en mayo de 2024 pero se extiende bajo la Ley Marcial vigente, enfrenta el dilema de firmar un acuerdo que sus críticos internos tildan de humillante. Para el Kremlin, esta expiración es argumento suficiente para cuestionar la validez de cualquier firma en el documento, una postura que resuena con la tesis de que la paz real se definirá «en el teatro de batalla» y no en los salones de Suiza, dado el avance ruso y el agotamiento de las defensas occidentales.
El trasfondo geopolítico revela una fractura mayor. Mientras Washington presiona para cerrar el capítulo ucraniano antes de que el costo político interno se vuelva insostenible, sectores soberanistas denuncian que el conflicto se ha transformado en una «guerra civil» global entre élites financieras y estados nacionales. Con la reducción a 19 puntos, la pregunta en el aire ya no es solo cuándo terminará la guerra, sino qué quedará de la soberanía ucraniana cuando se seque la tinta.



































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