Por Juan Pablo Ojeda
La Ciudad de México sumó un golpe más contra los grupos que han venido alimentando la violencia en sus calles. Autoridades federales y capitalinas detuvieron a Brandon Suárez Aguilar, alias “El Kiko”, un presunto líder criminal de apenas 27 años que, según las investigaciones, encabezaba operaciones de narcomenudeo, homicidios, extorsiones, secuestros y robo en varias alcaldías y en estados vecinos como México, Morelos y Guerrero.
La captura ocurrió en Iztapalapa, donde fuerzas de la SSPC, la SSC y la Fiscalía capitalina realizaron un operativo quirúrgico tras semanas de inteligencia. Las autoridades ya tenían identificada su zona de movilidad y desplegaron vigilancia fija y móvil hasta ubicarlo en la calle Las Rosas. Ahí confirmaron su identidad y lo detuvieron sin necesidad de realizar disparos. De inmediato, “El Kiko” fue trasladado a un centro penitenciario de la capital.
Suárez Aguilar tenía una orden de aprehensión por homicidio calificado. Se le acusa de participar en el asesinato de una mujer en agosto de 2024 en la colonia Lomas de San Lorenzo, un ataque directo con arma de fuego que conmocionó a los vecinos de la zona. Pero ese no sería su único delito: hay múltiples carpetas de investigación abiertas por feminicidio, delincuencia organizada, asociación delictuosa y narcomenudeo.
De acuerdo con las autoridades, Suárez Aguilar operaba como líder de la célula “Los Malportados” o “Cártel Nuevo Imperio”, un grupo que ha extendido su presencia en varias zonas de la capital y que está catalogado como generador de violencia. Su detención forma parte de una estrategia más amplia para desarticular organizaciones que buscan controlar territorios y actividades ilícitas dentro de la ciudad.
El Gabinete de Seguridad celebró la captura y aseguró que es un reflejo del trabajo coordinado entre los distintos niveles de gobierno. “Reafirmamos nuestro compromiso de detener a los generadores de violencia”, señalaron en un comunicado, enviando el mensaje de que la presión contra estos grupos continuará.
La detención de “El Kiko” no significa el final del problema, pero es un movimiento importante para reducir la operación de bandas que han enrarecido la seguridad en la capital. La pregunta ahora es si esta captura abrirá la puerta a más detenciones y desarticulaciones que cierren el paso a las células criminales que aún operan en la ciudad.

































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