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Sheinbaum: no daré órdenes a la Corte

Por Juan Pablo Ojeda

 

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue clara y directa en su conferencia matutina desde Palacio Nacional: no influirá en las decisiones del nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar.

“Lo más importante es que no le voy a hablar para orientar ninguna votación”, afirmó tajante. Su mensaje buscó marcar distancia de cualquier sospecha sobre un intento de control desde el Ejecutivo hacia el Judicial, justo en un momento en que el país se encuentra en plena transformación del sistema de justicia.

Sheinbaum defendió el reciente proceso electoral del 1 de junio, que incluyó por primera vez la elección directa de jueces, magistrados y ministros, como parte de la reforma judicial impulsada por la Cuarta Transformación (4T). Y dejó en claro que este cambio no es para someter al Poder Judicial al poder presidencial.

“No luchamos tantos años por la democracia para acabar dándole instrucciones al Poder Judicial. Nuestro interés es su autonomía, que realmente haya un Estado de Derecho en México”, subrayó.

La presidenta no se guardó críticas al actual sistema judicial. Reconoció que en la Corte y en otros niveles ha existido corrupción, aunque matizó que no todos los ministros han sido parte de ella. “Queremos que ahora haya jueces y juezas que respondan al pueblo, no a intereses políticos o económicos”.

Sobre la evidente cercanía ideológica de algunos de los nuevos perfiles electos con la 4T, Sheinbaum lo explicó como un reflejo de la voluntad popular. Afirmó que la oposición decidió no participar ni postular candidatos al nuevo Poder Judicial y, además, llamó a la gente a no votar, lo que dejó libre el camino para que figuras vinculadas al movimiento de transformación fueran elegidas.

“Si llamas a no votar, ¿cómo esperas que haya representantes con otra posición política? La mayoría del pueblo apoya la Cuarta Transformación, así que es natural que los votantes hayan elegido a personas cercanas a este proyecto”, dijo.

La presidenta cerró su postura reiterando que la prioridad de su gobierno es construir un Poder Judicial autónomo y justo, que combata la impunidad, garantice el Estado de Derecho y recupere la confianza ciudadana.

En el contexto de esta nueva etapa para el sistema judicial mexicano, Sheinbaum lanza un mensaje que busca tranquilizar tanto a críticos como a aliados: el nuevo Poder Judicial no será una extensión del gobierno, sino un verdadero contrapeso democrático. Al menos, esa es la apuesta.

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