Por Juan Pablo Ojeda
Este miércoles, la presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció la firma de un acuerdo voluntario con empresas harineras de maíz y asociaciones de tortillerías, con el objetivo de evitar un aumento en el precio de la tortilla, uno de los alimentos básicos en la dieta de millones de mexicanos. Este convenio representa una estrategia clave para contener la inflación en un sector sensible, mediante la reducción de intermediarios entre productores y procesadores.
Durante su conferencia matutina, conocida como ‘La Mañanera’, Sheinbaum explicó que el acuerdo busca fomentar relaciones directas entre los productores de maíz —especialmente pequeños y medianos agricultores— y las tortillerías, eliminando las figuras intermedias que suelen incrementar los costos finales del producto. Este esfuerzo responde a la creciente preocupación por el encarecimiento de alimentos esenciales, que impacta directamente en el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
“Hoy vamos a firmar un acuerdo con las harineras de maíz y las asociaciones de tortillerías, en un acuerdo voluntario para que no suba el precio de la tortilla. El objetivo es que haya menos intermediarios entre el que vende maíz y el que lo procesa y que haya acuerdos directos entre el productor y el procesador para disminuir todo el intermediarismo que, muchas veces, es el que causa el aumento del precio de la tortilla. Este es un acuerdo muy importante para nuestro país, pues la tortilla es el principal alimento de los mexicanos”, subrayó la mandataria.
Estrategia integral para mitigar el impacto inflacionario
Más allá del acuerdo con el sector industrial, la presidenta detalló que el gobierno federal implementa acciones específicas a través del programa de Tiendas del Bienestar, destinadas a las regiones con mayores niveles de pobreza. Esta iniciativa busca garantizar el acceso a alimentos básicos a precios accesibles, con un enfoque en la justicia social y el combate a la desigualdad alimentaria.
Este anuncio retoma las medidas adelantadas por Sheinbaum en la conferencia matutina del pasado 28 de marzo, cuando ya había señalado el diálogo abierto con productores, nixtamaleras y tortillerías para establecer mecanismos que permitan bajar los costos desde la producción hasta el consumidor final.
En este proceso, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), encabezada por Julio Berdegué Sacristán, y la Secretaría de Alimentación para el Bienestar, liderada por María Luisa Albores González, juegan un papel fundamental en la negociación y coordinación con los distintos actores de la cadena productiva del maíz y la tortilla.
Un paso hacia la soberanía alimentaria
Con esta estrategia, el gobierno de Claudia Sheinbaum apuesta por una política pública que fortalece la soberanía alimentaria y la economía local, buscando evitar que los aumentos en los precios internacionales y la especulación afecten uno de los bienes de consumo más esenciales para la población mexicana.
El acuerdo representa un esfuerzo conjunto para mantener estable el precio de la tortilla, garantizar el acceso a este alimento y generar condiciones más justas para los productores y procesadores que conforman una de las cadenas productivas más importantes del país.
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