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Militares disfrazados: el PRI acusa intento de represión

Por Bruno Cortés

 

En el Congreso mexicano, el debate se está poniendo bueno y no es para menos: Morena y sus aliados están empujando una nueva Ley de la Guardia Nacional que, según el PRI, tiene más de fondo que de forma. Para decirlo sin rodeos, acusan que esta ley es un disfraz. ¿Disfraz de qué? De policía civil. Es decir, que quieren meter al Ejército y la Marina a hacer tareas de seguridad pública, pero con uniforme de policía, como si eso borrara que son militares.

El que alzó la voz fue el diputado Arturo Yáñez Cuéllar, del PRI, quien dijo que esta ley no es otra cosa que un nuevo instrumento de represión. No es que el PRI esté en contra de los militares —eso lo dejó claro—, sino de cómo los quiere usar Morena. «Están construyendo, digan lo que digan, una dictadura perfecta», soltó el legislador, parafraseando aquella famosa frase de Vargas Llosa sobre el viejo PRI, que ahora les está sirviendo para criticar al partido guinda.

Según Yáñez Cuéllar, el gran problema es que el Gobierno Federal no ha querido invertir en policías civiles: les recortaron recursos a los estados y municipios y ahora no hay policías locales capacitados ni con equipo. Entonces, como no hay policías preparados, mandan a los militares. Pero aquí viene el punto: la lógica del Ejército no es la misma que la de una policía civil. Los militares están entrenados para obedecer órdenes estrictas, actuar con mano dura y no cuestionar. En la calle, eso puede escalar rápido si se enfrentan con ciudadanos desarmados o en medio de protestas. Y eso, dice el PRI, es lo que convierte esta ley en una receta para la represión.

El miedo no es gratuito. Yáñez recuerda que en elecciones recientes, como en Durango, la Guardia Nacional rondaba las calles. Para él, más que proteger, estaban enviando un mensaje: «Estamos vigilando». Y eso, en una democracia, puede rayar en lo intimidante.

Pero la cosa no queda ahí. El legislador priista también prendió las alarmas sobre una propuesta en materia de telecomunicaciones que, según él, buscaría censurar a medios y ciudadanos críticos del Gobierno Federal. ¿Críticas en redes sociales? ¿Opiniones incómodas? Con la nueva ley, podrían eliminar cuentas o incluso quitar concesiones. «Estamos entrando a una dictadura perfecta», repitió.

Ahora que Morena tendrá el control de los tres poderes, el PRI teme que ya no haya contrapesos reales. «¿Qué pasará cuando un ciudadano tenga un problema con un militar disfrazado de policía y vaya a denunciarlo? ¿De verdad el Poder Judicial va a fallar a su favor, si ya también obedece al Ejecutivo?», se preguntó Yáñez.

En resumen: el PRI dice que esta ley no es solo sobre seguridad, es sobre poder. Y lo que se está jugando no es si hay más o menos policías en la calle, sino si el país camina hacia un modelo autoritario en nombre del orden. La discusión apenas empieza, pero el debate ya huele a pólvora política.

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