Por Juan Pablo Ojeda
México llega al Día Mundial de la Lucha contra el Sida con cifras que prenden alertas pero también con avances científicos clave. A 44 años del inicio de la epidemia global, el país acumula alrededor de 370 mil casos de VIH, y solo hasta septiembre de 2025 se han identificado 15 mil 480 nuevos contagios, informaron especialistas en la capital.
El infectólogo Sigfrido Rangel detalló que del total acumulado, el 80 % son hombres, 19 % mujeres y 1 % menores de 15 años. Aunque reconoció que la epidemia está “parcialmente controlada”, afirmó que México registra un incremento sostenido, con casi 20 mil casos por año, tendencia similar a la observada en otros países.
Los expertos subrayan que la enfermedad sigue afectando especialmente a poblaciones jóvenes. Aun así, estiman que 200 mil pacientes están en tratamiento, aunque en la Ciudad de México las cifras son preocupantes: 2 de cada 10 pruebas de VIH salen positivas y 4 de cada 10 dan positivo a sífilis, alertó Javier Martínez, presidente de la Red Mexicana de Personas que Viven con VIH/SIDA.
Menor percepción de riesgo y falta de prevención
Uno de los factores del aumento, explican los especialistas, es la disminución de la percepción de gravedad. El VIH dejó de verse como una sentencia de muerte gracias a los tratamientos antirretrovirales que permiten a los pacientes alcanzar una esperanza de vida casi igual a la población general.
Sin embargo, esa percepción ha provocado relajación en las medidas preventivas. Rangel insistió en la importancia de conocer y usar medicamentos de profilaxis preexposición (PrEP), que pueden reducir drásticamente la transmisión. Recordó que organismos internacionales estimaron alguna vez que, con prevención adecuada, para 2030 podrían haberse alcanzado “cero transmisiones nuevas”.
A esto se suman barreras sociales y culturales, sobre todo en zonas rurales como Chiapas, donde persiste fuerte estigma y acceso limitado a servicios de salud. Rafael Polanco, especialista en GSK México, señaló que existen hombres que tienen sexo con hombres pero no se identifican como parte de esa comunidad, lo que dificulta la prevención y atención.
Una población que envejece… y nuevos retos
El envejecimiento de las personas que viven con VIH implica otro desafío. Según el estudio internacional Positive Perspective, cada vez más pacientes desarrollan enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, pero México no cuenta con suficiente personal en geriatría especializado en VIH, advirtió Martínez.
Además, el 67 % de los pacientes expresó preocupación por los efectos a largo plazo de los tratamientos, y el 57 % por la polifarmacia que enfrentan al combinar varios medicamentos.
Un avance clave: tratamientos inyectables de larga duración
En este contexto, los especialistas celebraron la aprobación del Cabotegravir por parte de Cofepris, un medicamento inyectable de larga duración que podría cambiar la dinámica de prevención y tratamiento.
Se administra seis veces al año y reduce prácticamente al 100 % el riesgo de transmisión, lo que representa un avance mayúsculo para pacientes y sistemas de salud. Además, al no requerir tomas diarias, disminuye riesgos de toxicidad y mejora la calidad de vida.
Los expertos esperan que pronto forme parte del compendio nacional de medicamentos, de modo que esté disponible tanto en el sector privado como en el público.
México enfrenta un panorama mixto: una epidemia que sigue creciendo, estigmas persistentes y retos estructurales, pero también herramientas científicas capaces de transformar el futuro del VIH en el país.
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