Tras años de tensiones económicas y una guerra comercial marcada por aranceles históricos, Estados Unidos y China anunciaron “avances sustanciales” durante dos días de reuniones a puerta cerrada en Ginebra. Representantes de ambos países se mostraron cautelosamente optimistas sobre la posibilidad de aliviar el conflicto que ha frenado el comercio entre las dos economías más grandes del mundo.
Las conversaciones, encabezadas por el secretario del Tesoro de EU, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, fueron calificadas como “productivas” por ambas partes, aunque aún no se han dado a conocer detalles específicos.
“Logramos avances sustanciales entre Estados Unidos y China en las importantísimas conversaciones comerciales”, declaró Bessent. “Las diferencias no son tan grandes como podríamos imaginar”, agregó Jamieson Greer, representante comercial estadounidense.
¿Qué se negocia exactamente?
El objetivo principal es reducir los altos aranceles impuestos por ambas naciones desde la administración de Donald Trump. En total, Estados Unidos aplica aranceles del 145% a productos chinos, mientras que China impone un 125% a productos estadounidenses.
Trump aseguró en su red social Truth Social que se está negociando “un reinicio total de forma amistosa y constructiva”. Sin embargo, la Casa Blanca aclaró que no habrá reducción unilateral de aranceles, y que China también tendrá que ceder si quiere llegar a un acuerdo.
La reunión se celebró en la lujosa residencia del representante permanente de Suiza ante la ONU, en un intento por mantener un ambiente neutral y confidencial.
¿Qué está en juego?
Los expertos señalan que estas negociaciones podrían aliviar la presión sobre los mercados internacionales. Gary Hufbauer, del Peterson Institute for International Economics, explicó que aunque no se espera un regreso a relaciones comerciales normales, el simple hecho de que haya diálogo ya es un paso importante.
“Incluso con aranceles más bajos, el comercio podría seguir afectado. Pero estas charlas ayudan a calmar los nervios en los mercados”, dijo.
China, por su parte, llegó con fuerza a la mesa: en abril sus exportaciones crecieron 8.1%, superando expectativas. Esto se logró en parte gracias a una reorientación estratégica hacia el sudeste asiático, con la que buscan mitigar los efectos de los aranceles estadounidenses.
¿Qué sigue?
Bessent prometió una sesión informativa completa el lunes, donde se espera conocer los resultados específicos de las reuniones. Aunque no se anticipa un acuerdo inmediato, ambas partes han coincidido en la necesidad de mantener la comunicación abierta.
Este nuevo intento de acercamiento ocurre en medio del regreso de Trump a la presidencia, quien parece más flexible en esta nueva etapa, pero sin dejar de presionar por lo que considera un comercio justo para su país.
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