Por Juan Pablo Ojeda
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha anunciado que su gobierno tomará la decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a lo que considera «profundas diferencias» con el organismo en la gestión de la pandemia de COVID-19. A través de un comunicado emitido por el portavoz presidencial, Manuel Adorni, se informó que el canciller argentino, Gerardo Werthein, recibió la instrucción de formalizar esta salida.
El Ejecutivo argentino criticó fuertemente la respuesta de la OMS a la crisis sanitaria global, destacando especialmente las medidas implementadas durante el gobierno de Alberto Fernández, que incluyeron estrictos confinamientos y restricciones sanitarias. Según el Gobierno de Milei, estas acciones llevaron al país a sufrir el «encierro más largo de la historia de la humanidad», lo que, según la administración actual, impactó negativamente la economía y la libertad de los ciudadanos.
Adorni subrayó que el país no recibe financiamiento de la OMS, por lo que su retiro no implicará una pérdida de recursos para la gestión sanitaria. Por el contrario, argumentó que esta medida permitirá a Argentina implementar políticas de salud más adaptadas a sus necesidades y condiciones locales, sin la influencia externa que, según el Gobierno, habría comprometido la soberanía del país en términos de salud pública.
El Gobierno de Milei también expresó que la salida de la OMS reafirma el camino de soberanía nacional, especialmente en áreas clave como la salud. Además, criticó la falta de independencia del organismo frente a ciertos intereses internacionales, lo que, según la administración actual, limitó la capacidad de Argentina para tomar decisiones autónomas durante la pandemia.
Este anuncio llega poco después de que Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, también intentara retirarse de la OMS en 2020, citando críticas similares a la gestión del organismo. Aunque la decisión de Trump no se materializó debido a la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, el movimiento de Argentina refleja un creciente escepticismo de algunos países hacia el manejo global de la crisis sanitaria.
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