Santiago Amoltepec, Oaxaca a 15 de junio, 2025.- Durante la madrugada del jueves, Mario Hernández García, presidente municipal de Santiago Amoltepec, Oaxaca, fue asesinado a balazos junto a otras dos personas, en un ataque que ya investiga la Fiscalía estatal.
El crimen ocurrió alrededor de las 2:30 de la mañana en el paraje conocido como «El Tablero», en el camino rumbo a la comunidad de El Mamey, justo cuando el edil regresaba de una celebración patronal en Llano Tigre. Según reportes locales, se trató de una emboscada directa. Una de las víctimas era un policía municipal encargado de su seguridad, lo que refuerza la teoría de que el ataque fue premeditado.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca confirmó que ya abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos. Mientras tanto, en redes sociales, el gobernador Salomón Jara condenó el asesinato y prometió justicia.
“Vamos a apoyar en todo lo necesario a la Fiscalía General del Estado para esclarecer este suceso. En nuestro gobierno no hay ni habrá espacio para la impunidad”, escribió en su cuenta oficial.
Un historial marcado por la violencia
Este no es el primer hecho violento relacionado con la familia Hernández García. En enero de este mismo año, su hermano Laurencio Hernández García fue ejecutado. Y en años anteriores, el ahora alcalde había sobrevivido dos atentados: uno en 2019 y otro en 2023, cuando un grupo armado intentó irrumpir en una reunión de trabajo en el Ayuntamiento. Aquel ataque terminó en un enfrentamiento que dejó cinco personas muertas, entre ellas tres hijos del exalcalde Abel García Santiago.
El caso de Mario Hernández se suma a una ola de asesinatos políticos que ha golpeado a varias regiones de México. De acuerdo con datos del Laboratorio Electoral, Oaxaca es uno de los estados más peligrosos para ejercer un cargo público, especialmente en zonas con alta conflictividad territorial o disputas comunitarias.
¿Qué está pasando en Oaxaca?
Santiago Amoltepec forma parte de la Sierra Sur de Oaxaca, una región con una fuerte presencia de conflictos agrarios, tensiones políticas locales y pobreza histórica. Diversos expertos han señalado que la falta de atención estructural y el vacío institucional en comunidades rurales ha generado un caldo de cultivo para la violencia.
Organizaciones civiles han alertado que el número de asesinatos de alcaldes, candidatos y líderes comunitarios se ha disparado en los últimos años, y piden acciones más contundentes para proteger a las autoridades locales, sobre todo en municipios con antecedentes de violencia política.
Este crimen vuelve a poner sobre la mesa la urgente necesidad de reforzar la seguridad en regiones vulnerables, así como de garantizar que quienes ocupan cargos públicos puedan ejercer su labor sin temer por su vida.
Deja una respuesta