CDMX, 4 de enero del 2022.- El solitario encanto de Viesca, ubicado en el sur del estado de Coahuila, le valió ser incluido en el programa de Pueblos Mágicos desde 2012. Distante a más de 40 kilómetros de la ciudad más cercana y a 70 de Torreón, resulta un rincón tranquilo y agradable.
Aunque es un pueblo pequeño, de unos 3,500 habitantes, ha sobrevivido a muchas amenazas de convertirse en pueblo fantasma, tiene una gran historia y el amor de su gente que lo sustenta, aunque les toque hacer su vida lejos. Así, en su escudo lleva la significativa frase: Resurgiremos siempre.
Viesca es un lugar rico en historia, pues allí se encuentra la casa por la que pasó Miguel Hidalgo y Costilla en 1811 durante su huida del ejército del virrey, al inicio de la guerra de la independencia de México. Años después, el presidente Benito Juárez lo usó como hospedaje desde donde expidió un decreto, mientras que en la Exhacienda de Santa Ana de Hornos se alojó Lázaro Cárdenas.
Viesca fue fundado el 24 de julio de 1731 y, aunque su nombre cambió varias veces, el actual hace honor a José María Viesca y Montes, primer gobernador de Coahuila y Texas.
Durante varios años, la economía de Viesca giró en torno a la fábrica de sal ubicada en las afueras del pueblo que cerró sus puertas en 1990, obligando a muchos a mudarse a otras localidades en busca de trabajo. Actualmente, la agricultura y las maquiladoras que se instalaron en los alrededores brindan sustento a la población. Por ejemplo, desde hace un tiempo la producción de dátiles en la zona ha resultado todo un éxito.
Pero también está el turismo que llega interesado en el asombroso paisaje de las dunas de Bilbao y descubre el resto de los atractivos que tiene Viesca para enamorar a los visitantes.
