La capital del estado de Guerrero tiene una larga historia vinculada al movimiento insurgente durante la guerra de la Independencia, pues incluso llegó a ser sede provisional del Poder Ejecutivo de la nueva nación.
Su nombre hace referencia a un pequeño avispero y, ubicada a la vera de la llamada Autopista del Sol, suele ser lugar de paso de los viajeros que tienen como destino final Acapulco. Sin embargo, es buena idea detenerse para conocer su centro histórico, explorar los atractivos que hay en sus alrededores y degustar su deliciosa gastronomía, en especial su famoso pozole blanco o verde que tradicionalmente se sirve todos los jueves.
El corazón del Centro Histórico de Chilpancingo es su zócalo llamado Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, que está escoltado por la Catedral de Santa María de la Asunción, construida en estilo neoclásico a finales del siglo XVIII. El edificio religioso es de gran importancia histórica porque en 1813 el general José María Morelos instaló allí la sede del Congreso de Anáhuac, dio a conocer el Acta de la Independencia y el famoso documento conocido como Sentimientos de la Nación.
A un lado de la catedral se encuentra el Museo Regional de Guerrero, cuyo edificio de estilo neoclásico, construido en 1902, fue primero Palacio de Gobierno Estatal y luego Palacio Municipal. Al interior se pueden observar los murales de los artistas Roberto Cueva del Río y Luis Arenal.
El museo cuenta con dos salas de exposiciones permanentes y una para muestras temporales. La colección permanente conserva un gran número de piezas arqueológicas, objetos de la época virreinal y documentos de la lucha independentista, así como muestras de minerales, fauna y flora de la zona.
