Los bebedores experimentados de alcohol a menudo comparten lo que creen que son sabios consejos acerca de su consumo. Indika Edirisinghe, profesor de ciencia de los alimentos y nutrición del Instituto de Tecnología de Illinois (Estados Unidos), ha comentado algunas de estas afirmaciones desde el punto de vista de la ciencia.
El orden del consumo de las bebidas importa
Para evitar vomitar o tener resaca al día siguiente de una fiesta con mucho alcohol, algunas personas recomiendan ingerir primero las bebidas de alta graduación alcohólica y solamente después tomar cerveza.
«La conclusión es que el alcohol es alcohol, ya sea cerveza, vino, licor o cualquier otra marca, el alcohol es alcohol», dice Edirisinghe al portal The Takeout.
Para la mayoría de las personas, el orden en que se consumen las bebidas no tendrá ningún efecto en la posibilidad de vomitar o tener resaca a la mañana siguiente. Lo que importa es la cantidad de alcohol que el cuerpo necesita metabolizar a la vez, no la forma en que es consumido.
Según Edirisinghe, tomar cerveza antes de consumir bebidas más fuertes podría ser ligeramente mejor pues ella tiene un mayor volumen con un porcentaje de alcohol más bajo. Es decir, al beber cerveza, uno está consumiendo más agua que si bebiera tragos de alta graduación, disminuyendo así los efectos de la deshidratación en el organismo.
Beber con una pajilla potencializa los efectos del alcohol
Muchas personas aseguran que consumir bebidas alcohólicas con una pajilla acelera los efectos del alcohol en el organismo.
La idea, según Edirisinghe, no es del todo incorrecta. Pero la razón principal por la que esto probablemente sea cierto se debe a que, en general, las personas suelen consumir líquidos de manera más acelerada cuando lo hacen con una pajilla. Y en el caso del alcohol, cuanto más rápido lo bebes, más rápido se notan sus efectos, explica el académico.
El vino tinto es saludable
La supuesta paradoja nutricional que se da en Francia ha llevado a muchos individuos a creer que el vino tinto es saludable. Esto se debe a que en la nación galesa, la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor que en países como los Estados Unidos, pese a que siguen una dieta más rica en grasas saturadas. El vino tinto, creen muchos, sería el responsable de mantener sanos los corazones franceses.