El plátano no solo es sabroso, sino también muy nutritivo: aporta impresionantes cantidades de vitaminas, minerales y fibra, algo que lo convierte en un elemento perfecto de una dieta saludable y balanceada.
Pero, ¿sabías que también podría ser útil para quienes sufren de alta presión arterial?
El plátano es una buena fuente de potasio (350 miligramos por 100 gramos), un mineral que juega un papel importante en el funcionamiento del corazón y los músculos. También ayuda a reducir el efecto del sodio que se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos y atrae el agua, lo que lleva a un incremento del volumen de la sangre y, por lo tanto, la hipertensión.
Entre los alimento ricos en potasio también figuran:
el aguacate;
el salmón;
los lácteos;
la soja;
los pistachos;
la sandía;
las espinacas.
Si bien el plátano podría ser de gran ayuda a quienes padecen hipertensión, también tiene sus contraindicaciones. Es una fruta bastante calórica (un plátano mediano tiene 110 calorías), así que deberías comerlo con moderación si quieres bajar unos kilos de más. También es necesario tener en cuenta que el plátano tiene un poder laxante, por lo que podría causar distensión abdominal, diarrea y meteorismo en las personas que padecen enfermedades gastrointestinales en forma grave.