CDMX a 21 de octubre, 2o21.- Con una clara defensa de los intereses del pueblo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha lanzado su compromiso, en el sentido de que esta propuesta de ley de ingresos se ha concebido para que por lo menos en los próximos tres años no se establezcan nuevos impuestos, desde luego estos impuestos se refieren a aquellos que impactan en el ingreso al salario del trabajador, en los precios de las gasolinas y de otros productos básicos.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador seguramente esta informado de lo que esta pasando y que puede seguirse dando, en la economía norteamericana en la que los artículos de consumo básico han aumentado de precio, en muchos casos se ha reducido su producción y por consecuencia se esta dando un proceso inflacionario severo.
Hay que recordar, que el congreso norteamericano le autorizo al Presidente Joe Biden un presupuesto de varios millones de dólares, para distribuirlos entre los sectores productivos y la clase media de ese país, pero este no fue suficiente para contener la inflación.
Hay crisis en el mercado norteamericano de granos, en la producción de automóviles y en la industria en general, por lo que la amenaza permanece, de reducir los niveles productivos y por lo tanto generar desempleo.
Es en estas condiciones que el Presidente Andrés Manuel López Obrador señala que; Entre los empresarios tiene que haber dimensión social y cívica, “porque acumular y acumular dinero puede convertirse hasta en pecado social”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador. En su conferencia la enfiló contra sus “opositores están muy ofuscados, muy nerviosos, no saben cómo cuestionarnos, critican por todo.”
Respondió en Palacio Nacional, a la postura de los partidos, que reprochan el contenido de su paquete económico -enviado al Congreso-, porque hay grupos que buscan algún provecho, o consideran que sus planteamientos son relevantes, pero ya está establecido como norma de política que lo más importante es el interés general, es muy distinto al periodo neoliberal, en el que imperaron los intereses de grupo y los personales.”
Y así resaltó la determinación de no subir impuestos, “lo cierto es que no se aumentan; llevamos tres años sin aumentos de impuestos -reiteró-, tres años sin gasolinazos y tres años con una política de austeridad y anticorrupción. El propósito de la Ley de Ingresos (avalada en San Lázaro) es ése.
Estaban constantemente inventando cómo bolsear a la gente, ahora no aumentan los impuestos, era una gran injusticia que el gobierno permitiera la corrupción, las extravagancias, y se atrevieran a aumentar los impuestos.”
El tabasqueño enunció algunas diferencias con el pasado: cuando entró Enrique Peña Nieto, el precio de la gasolina era de 10 pesos por litro, y terminó en 20; y ahora en su administración, tomó ese precio en 20 y sigue así.
Sobre este particular aclaró, “nosotros tenemos que aplicar un estímulo, y aunque no le gusta a la tecnocracia, la palabra es subsidio, estigmatizaron el subsidio.”
Y por el contrario reprochó la opción que tienen las empresas, de evadir el pago de impuestos, por medio de los incentivos fiscales, como la intervención de la iniciativa privada en la atención social.
Cuestionó, “sobre la devolución de impuestos, no estamos de acuerdo con eso, cómo se le van a disminuir impuestos a las grandes empresas. Cómo una empresa no va a pagar impuestos, porque va a invertir en programas sociales, no, esa no es su función”.
Cabe señalar que el único resultado de las nuevas relaciones de Estados Unidos y México, tiene que ver con el hecho de que los Estados unidos “ya se llevan al programa sembrando vida como una propuesta para combatir el cambio climático”. Pero hasta ahora por lo manifestado por John Kerry no hay nada con respecto a recursos financieros para poner en marcha este proyecto en la región centroamericana.
El compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador, es una clara motivación para que la Cámara de Diputados apruebe el nuevo presupuesto de ingresos, en la versión de que servirán para que no haya mas impuestos en por lo menos tres años que son los que faltarían para el fin de la administración presidencial.
Esto quiere decir que la gasolina, por lo menos tendría que ser respaldada con subsidios, en el caso de que el mercado internacional determinara precios arriba de los previstos en el presupuesto nacional.
La propuesta es atractiva, si solamente se piensa en la vida económica nacional y se olvida que hay T-MEC, problemas inflacionarios en Estados Unidos, nuevos indicadores que pudieran aparecer en el mercado petrolero y cualquier otro proceso económico externo.
Una de las apuestas también tendría que ver, para que este compromiso se hiciera realidad es que el mundo empresarial y comercial resistiera manteniendo sus niveles productivos y mejorando sus actuales indicadores salariales y de empleo.
