Mediante la estrategia de coberturas petroleras, un seguro contra los cambios de precio en el energético, el país pretende garantizar sus ingresos ante las variantes en el mercado mundial del combustible, con fuertes competidores como Venezuela, Estados Unidos o Irán.
Las coberturas petroleras son un acuerdo multimillonario de alcance mundial que abarca alrededor de 300 millones de barriles, con agitaciones frecuentes en el mercado.
Mientras que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del Gobierno mexicano rechazó hacer declaraciones al respeto, su estrategia ha sido la discreción en torno a los detalles de sus acuerdos de protección de precios para evitar el encarecimiento del hidrocarburo por posible filtración de dicha información a los operadores. Eso convierte este acuerdo en uno de los más vigilados en el mercado mundial de energía.
Implementada esta estrategia desde la Guerra del Golfo, en 1990, México siempre ha recurrido a las coberturas petroleras, con excepción del 2003 y 2004, cuando el panista Vicente Fox era presidente del país y no se recurrió al acuerdo ante el alza en los precios del energético.
Estos acuerdos han permitido a México extraer beneficios inclusive en escenarios complicados como el de 2009, luego de la crisis económica mundial desatada por el estallido de la burbuja de préstamos en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, y en 2020 México logró proteger 2.380 millones de dólares ante la caída de los precios del crudo.
«La estrategia de coberturas del Gobierno (mexicano) permite que los ingresos petroleros estén garantizados en caso de que los precios del barril bajen», explicó en 2020 el subdirector de análisis económico de la Casa de Bolsa Finamex, Víctor Gómez Ayala, en conversación con Sputnik.
