El fentanilo es un opioide sintético entre 50 y 100 veces más potente que la morfina que como fármaco puede prescribirse de manera legal pero que también es manipulado por organizaciones dedicadas al trasiego de drogas, de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés) del Gobierno de Estados Unidos.
En su uso legal, es recetado a pacientes con dolores intensos o crónicos, mientras que su distribución ilegal lo convierte en una de las drogas más vinculadas a las muertes por sobredosis en ese país.
En 2017, esta sustancia estuvo ligada al 59,8% de las muertes relacionadas con opioides en el país.