Tras la captura del cabecilla del Clan del Golfo, «Otoniel» Dairo Antonio Úsuga David, a finales de octubre, la Policía de Colombia asegura que ahora comenzará a desarticular la organización criminal compuesta principalmente por exmandos medios paramilitares.
Pero el Clan del Golfo está presente en 28 países del mundo y no sólo trafica droga, también está involucrado en la minería ilegal, extorsiones, secuestros y masacres. Según especialistas, la organización está lejos de desaparecer. «Se avecina una reestructuración interna, alimentada por la economía de la droga», dijo a Sputnik el director del Instituto de Estudios para la Paz (Indepaz), Camilo González Posso.
Sólo ‘Otoniel’ contaba con una red de 25 personas que se encargaban directamente de toda la logística para el tráfico de 20 toneladas de cocaína al mes. Se calcula que el Clan del Golfo tiene incidencia directa en al menos 12% del total de cultivos ilícitos de coca en los departamentos colombianos de Antioquia, Nariño, Norte de Santander, Bolívar, Córdoba y Chocó.