• 1 de julio de 2024 05:40

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El tequila, orgullo de México; y regalo de México para el Mundo

Por Angélica Beltrán y Miguel Piedras

Política en Movimiento/La Revista (8 de mayo, 2019).-El Diputado Federal Francisco Javier Guzmán De la Torre, mejor conocido como Don Panchito, ha dedicado toda su vida al cultivo de agave en Jalisco, su tierra natal; y hoy a sus 74 años de edad, trabaja en una iniciativa de ley para crear el primer Instituto Nacional del Agave y sus Derivados, que permitirá sacar provecho a la milenaria planta que abunda en nuestro país.

En una entrevista realizada en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Don Panchito pide permiso para presentarse y lo hace de una manera muy particular, como si de un guión se tratara:

–Mi nombre es Francisco Javier Guzmán De la Torre, mejor conocido como Don Panchito. Como persona física tengo 25 años de ser Presidente de la organización social El Barzón Agavero; como persona moral, soy presidente del Consejo Nacional de Productores de Agave Azul para producir Tequila. También soy Presidente del Sector B del Consejo Regulador del Tequila: esto en automático me convierte en Vicepresidente del Consejo Regulador del Tequila, orgullo de México y regalo de México para el Mundo. Actualmente soy diputado federal.

En una amena plática Don Panchito menciona que no hay alguien que sepa más sobre agave y tequila que él mismo. Habrá dos o tres que sepan lo mismo, pero no hay quien conozca más que yo, reitera.

        El relato de Don Panchito inicia con el recuerda desafortunado del enfrentamiento entre granaderos y manifestantes del Barzón Agavero. 

  —En 1995 como Barzón Agavero lanzamos una enérgica protesta por el uso indiscriminado de azúcares ajenos al agave para producir tequila; lo cual estaba enriqueciendo a intermediarios y empobreciendo a los cultivadores del agave y sus familias.

Por eso hicimos manifestaciones y protestas en el municipio de Tequila, Jalisco. Pero no logramos convencer a las autoridades de aquel momento. Y a un año de iniciada la lucha de los agaveros, las autoridades estatales y municipales nos respondieron con agresiones físicas.

Portando una camisa blanca con el bordado del Barzón Agavero y con su sombrero de diario, Don Panchito continúo con la retrospectiva, cuando sufrió represión y hasta fue a dar a la Cruz Roja.

–Recuerdo que nos encontrábamos alrededor de tres mil personas protestando cuando llegaron como 600 o 700 entre policías antimotines y judiciales, que nos querían desalojar de la ciudad de Tequila en Jalisco. Yo estaba afuera de una gasolinera y el director del operativo policiaco se acercó a nosotros y nos dijo: —No arriesguen a su gente, porque los vamos a retirar a como dé lugar.

Al escuchar eso la gente se enardeció y comenzó la batalla campal. Incluso una de los presentes intentó prender la gasolinera y comenzó a rociar diésel. Entonces una señora fue con el encendedor en mano a donde estaba derramado el combustible. Afortunadamente logré arrebatárselo de las manos y evite con eso una alguna desgracia mayor a la que ya teníamos de por sí, pues todo se había vuelto un caos.

En sus oficinas de la Cámara de Diputados, en el edificio H, Don Panchito se mostró muy dispuesto a contar las anécdotas de vida que lo llevaron 20 años después, a representar desde el poder legislativo federal a la comunidad agavera.    

—Entre golpes e insultos trataron de subirme a una patrulla, pero los compañeros no lo permitieron. Aunque debo mencionar que no sé quiénes me golpearon más, si los que intentaban subirme a la patrulla o los que intentaban bajarme. La verdad no recuerdo más, porque perdí el conocimiento a causa de un golpe que me dieron, y sólo recuerdo que estaba ensangrentado, sintiendo cómo brotaba la sangre de mi frente.

Al decir esto, Don Panchito constata ante nosotros la secuela de esa herida con una gran cicatriz debajo del sombrero que siempre usa, como parte de su atuendo y estilo de vida.

—Cuando yo desperté me encontraba en un cuarto bien obscuro junto a más gente en el hospital. Ahí uno de los líderes llegó con periodistas a visitar a los lesionados del enfrentamiento, y lo escuché decir entre murmullos:  –Este gobierno represor no respetó a mujeres, niños, ni a viejitos. Yo convaleciente me pregunté ¿a qué viejito habrán golpeado? Entonces sentí que el líder y los periodistas se acercaron a mi cama y aquel dijo:

— Vean a este viejito bien golpeado.

Y me preguntó: —Don Panchito, ¿le duele mucho?

Esa fue la primera vez que escuché el nombre de Don Panchito. Yo le jalé el saco y le pregunté:

–¿De qué año es usted? -Y sin entender a qué me refería, inquirió –¿Cómo?

–De qué año es usted, repetí.

–Soy del año 43 ¿por qué?

Le respondí: –Yo soy del año 44 y me duele más “lo de viejito, que la chiga que me acaban de dar”. –Entonces se murieron de risas todos los que estaban ahí. 

¿Después del enfrentamiento qué pasó con los agaveros?

–Si bien no logramos despertar la conciencia de nuestros gobernantes, el gobernador Alberto Cárdenas del PAN; sí logramos atraer la atención de las grandes carteras internacionales que comercializan con diferentes tipos de bebidas como el whisky, coñac, ron, etc. Estos mandaron a su personal a Jalisco y les dijeron, vayan a ver “qué arguende se traen esos agaveros en México”.

Llegaron a México en un momento, 1995, en que el tequila estaba considerada una bebida corriente. Las películas nacionales así lo mostraban: borrachines con su anforita de tequila.

Pero al estudiar el tequila, estas carteras internacionales se dieron cuenta que el agave, para cosecharse, tarda de 6 a 8 años; mientras que para producir cualquier otra bebida la materia prima se cosecha una o dos veces al año, como es el caso del vodka, a base de papa; whisky, a base de trigo; ron y coñac a base de uva, etc.

Al descubrir eso, las casas que comercializan bebidas de todo el mundo y que llegaron a México a realizar su propio análisis, dijeron: –Caray, qué corriente ni qué ocho cuartos, el tequila es de lo mejor que puede haber.

Y dieron al tequila la categoría del whisky, coñac, etc., bebidas de primer nivel; y enseguida registraron marcas, compraron tequila a granel, la embotellaron y comenzaron a exportarla; como les fue muy bien, compraron fábricas y las hicieron crecer al 300 y 400 por ciento.

¿Fue entonces que la producción, venta y exportación de tequila se convirtió en una gran industria?

–Sí, en ese entonces había 35 fábricas donde vendíamos el agave; hoy en día existen 170. En aquellos tiempos los dueños de las fábricas pagaban 20 toneladas de agave en 6 mil o 7 mil pesos; hoy en día se paga a 450 mil o medio millón de pesos ese mismo tonelaje.

Antes se exportaban 10 millones de litros de tequila al año; hoy en día se exportan más de 200 millones de litros, a 125 países. Y se espera para fines de 2019 suba a 232 mil litros, según cálculos del Consejo Regulador del Tequila (CRT).

Ahora tenemos una denominación de origen llamada Cadena Agave Tequila y otras 16 denominaciones de origen que nos permiten dar valor agregado a los productos de nuestros agricultores; es un avance; aunque seguimos muy atrasados en comparación a otros países que tiene hasta 400 o 500 denominaciones de origen. Por eso desde el Congreso de la Unión impulso junto con otros compañeros de la Comisión de Economía, que nos sean aprobadas más denominaciones de origen, lo cual eleva el precio del producto a nivel internacional.

Dónde se produce mayormente tequila en México

Hay agave en 28 estados de la República, pero sólo se procesa básicamente en cinco: Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Tamaulipas y Nayarit, en 181 municipios en total, los que cuentan con la denominación de origen: Cadena Agave Tequila. Pues sólo si se tiene denominación de origen, se puede elaborar tequila. De ahí que el resto de las entidades, pese a tener agave, no pueden producir tequila, y están sentados en una olla de oro, sin saberlo.

Y en eso queremos llamar la atención al presidente Andrés Manuel López Obrador, que anunció la siembra de cientos de hectáreas de árboles frutales y maderables, pero no ha considerado el agave, el cual es una fuente de riqueza.

Por el momento buscamos que todos los agricultores registren sus productos con diferentes denominaciones de origen; ya que el 80% del agave de la denominación de Origen está en 350 manos y el 20% en alrededor de 6 mil manos.

Los otros 12 mil agaveros están ayudando a los 350 como peones, lo bueno es que hoy se pagan sueldos regulares en comparación a cuando el agave era barato; pero aún no estamos conformes, porque la Cadena de Agave Tequila da para más, pesé a que las condiciones de los agricultores son mejores que hace 20 años, todavía se pueden mejorar la situación de estos.

También lo que ha ayudado es que la norma oficial mexicana establece que para hacer tequila se necesita hacer con Agave Azul que se produce en la zona con Denominación de Origen y que esté registrado en el Consejo Regulador del Tequila.

Don Panchito coméntenos ¿qué es y qué hace el Consejo Regulador del Tequila?

–El Consejo Regulador del Tequila es el organismo acreditado por el Estado Mexicano para certificar la autenticidad del tequila. Y lo sustentan 4 grandes patas, como si se tratara de una mesa: el sector A, que agrupa a todos los tequileros; el sector B que agrupa a los productores de agave; el sector C, que agrupa a los envasadores y por último el grupo de los diferentes órdenes de gobierno, presentes en las juntas del CRT para opinar y marcar el rumbo que debemos seguir.

 Don Panchito, ha mencionado que desde su calidad de diputado busca que la industria del tequila siga en ascenso y sus productores mejoren sus ingresos; en ese sentido ¿qué iniciativas proyecta impulsar?

— Como integrante de la Comisión de Ganadería y secretario de la Comisión de Economía, estoy trabajando en una iniciativa para que se cree el primer Instituto Nacional del Agave y sus Derivados, ya que actualmente sólo se ocupa el 7 por ciento del agave; y se desperdicia el 93 por ciento porque no se sabe qué hacer. Aunque ya existen estudios que hablan de 100 productos que pueden hacerse del agave. Entre otros, biocombustible, etanol. Y de los azúcares que conserva la piña del agave después de la jima se les pueden elaborar bebidas como sotol, bacanora y mezcal.

También estamos impulsando las denominaciones de origen para productos en general y el extensionismo agrícola, 3 cosas diferentes con el mismo fin, el de beneficiar la producción y a los pequeños y medianos productores de diferentes rubros.

Y es que: El origen lo da la tierra. La tierra es de los mexicanos, La tierra es la espina dorsal de la familia, donde se continúan las tradiciones; provoca que el núcleo familiar se cierre y que no haya necesidad de migrar a otras regiones.

Y en eso trabajo desde mi posición como diputado federal.

Por otro lado, parte de lo que busco al estar como diputado es apoyar al sector social del agave es tener vinculación con las fábricas y tener agave para vender cada año, e ir reponiendo en la siembra lo que vamos vendiendo.

¿En esta cadena donde se ubica usted Don Panchito?

—Yo soy del sector B, del Grupo de productores de agave; me han invitado para hacerme socio de una fábrica de tequila, pero les he dicho que no puedo, porque no se puede ser juez y parte, soy agavero y me quedo como tal. “No soy adicto al dinero, ni a la fama o al poder, pero sí soy adicto a servirle a mis semejantes, así me educaron”; señala el diputado de 74 años, quien trabaja como si se tratara de un joven de 30, en busca del consenso del resto de las fracciones parlamentarias para que se apruebe la creación del Instituto Nacional del Agave y sus derivados, el cual garantiza la creación de riqueza para miles de familias mexicanas.

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Fotos: Bruno Cortés

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